Los poros son pequeños orificios en la piel, puntos de entrada de los folículos pilosos, glándulas sudoríparas y glándulas sebáceas, de la cual la grasa fluye a la superficie de tu piel. Los poros se obstruyen debido a la secreción excesiva de aceite, los poros también puede llegar a ser gruesos haciendo que la piel sea gruesa. Estos pueden aumentar durante la pubertad, cuando las glándulas sebáceas de la piel comienzan a aumentar la cantidad de aceite.
Remedios caseros:
1- Mezcla la sal de mesa y mantequilla hasta formar una pasta. Extiende bien en el área donde los poros tienden a abrirse. Aclara con agua tibia y repite varias veces a la semana hasta que notes mejoría.
2- Aclarar la cara con agua fría reducir el tamaño de tus poros, mientras que el agua caliente los dilata.
3- Mezcle la sal de mesa y leche hasta formar una pasta, aplícalo en los poros y masajea bien. Aclarar con agua tibia.
Machaca un pepino y añade unas gotas de zumo de limón y una cucharadita de agua de rosas. Pon esta pasta entre dos capas de tela y aplicarlo en la cara. Limpiar la cara después de 15-20 minutos.
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