Anhelos descontrolados, miedos intensos, preocupaciones excesivas y constantes sobre circunstancias que se presentan en tu vida diaria, son algunos de los síntomas de la ansiedad. Todos estos episodios, si no se controlan y si se dejan intensificar, pueden ocasionar ataques de ansiedad.
Es posible que ni siquiera te des cuenta de tu padecimiento, y por ello ante estos síntomas, no les des mucha importancia:
–Nerviosismo, agitación
–Aumento del ritmo cardiaco
–Aceleración en la respiración. Sensación de fatiga
–Sudoración
–Temblores
–Sensación de debilidad o cansancio
–Paranoia exacerbada
–Problemas para conciliar el sueño
–Problemas para concentrarse
–Trastornos gastrointestinales
–Bajada de tensión
Si adoleces algunas de estos padecimientos, lo mejor es que consultes a tu médico, de inmediato, sobre todo cuando estos han transformado por completo tu vida social.
Siempre decimos que lo más importante es conocerse a sí mismo, así que, nuestra otra recomendación es tratar de evitar que la ansiedad llegue tu vida, aprendiendo a controlar tus emociones.
Una buena música de vez en cuando, le dará un cambio a tu estado de ánimo. Beber mucha agua, una deliciosa cena, compartir con amigos, leer un buen libro o ver alguna película divertida, pueden ayudarte también. No te refugies en el alcohol, y de ser posible evítalo por completo, mientras estés sufriendo ansiedad. El té es ahora su bebida aliada.
Recuerda siempre, que tu destino está trazado, solo deja tu vida fluir.