

Importantísimo, envíale pequeñas señales. Comienza con una mirada de reojo casi sin querer, para dar paso a una mirada directa. En el momento en que él te mire hacia atrás, baja la mirada y sonríe de una manera avergonzada. Esto captará su atención o al menos su curiosidad casi de inmediato. Este proceso lo puedes repetir varias veces. Nunca olvides que tanto la mirada como la sonrisa son las mejores técnicas de seducción.